Miles de niñas y adolescentes han danzado para su rey tras siete días de gran fiesta. Lo han hecho como manda una de las tradiciones más viejas y controvertidas del sur de África: semidesnudas, en casa de la reina madre, el viejo palacio que posee la familia real en Suazilandia. Uno de tantos.
El Reed Dance o Umhlanga es una tradición zulú y suazi que se practica en Sudáfrica y Suazilandia y en la que miles de jóvenes danzan con el pecho destapado
(algunas llevan camisetas) delante de su monarca. También se le conoce
como baile de las vírgenes o baile de las cañas, que es el objeto que
las adolescentes deben llevar hasta el palacio para entregar como
ofrenda.
Los hombres también responden a las jóvenes con bailes y ofrendas en los que participa hasta el propio rey de Suazilandia,
Mswati III, que al final del domingo bajó con el resto de cortesanos a
bailar entre las miles de jóvenes. En este sentido, la fiesta es global,
ya que hasta las propias hijas del monarca participan en las mismas
condiciones que el resto (sólo llevan plumas rojas en la cabeza como
señal de distinción).
Tradicionalmente este baile servía para que el rey eligiera esposa entre las participantes
que enseñan el cuerpo. Tiene también otros significados: el de
encuentro de las mujeres de todo el reino y el de una forma de afianzar
su papel social y fortalecer el trabajo en equipo.
En la controvertida fiesta deben participar sólo niñas y jóvenes que sean vírgenes,
lo que ha generado todo tipo de críticas internacionales por el papel
en el que deja a la mujer y por la exhibición que hacen las adolescentes
de sus cuerpos. Congrega a miles de personas en torno a un estadio que
en el caso de Suazilandia se utiliza sólo para este evento. Ellas bailan
y cantanmientras el resto las mira pasar. Una fiesta difícil de
entender y de juzgar desde un prisma puramente occidental.
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